Cada vino es un nuevo proyecto que nos une.

Este proyecto nace de las ganas de estar cerca.
Es un motivo de encuentro y de celebración para ir acortando todas las distancias.

Viñas y hermanas nacidas en Mendoza, donde cada momento tiene su vino y cada vino su momento. Allí comienza la búsqueda de un estilo propio que conjuga lo individual y lo compartido, dando vida a lo nuestro.

Nos rebelamos a ciertas normas y estructuras para invitarlos a conocer el mundo en el que habitamos; abierto, en movimiento y desde donde siempre volvemos a nuestro origen, nuestro terroir, nuestra casa.

Este proyecto es la unión de lo que nos diferencia, pero al complementarse alcanza el equilibrio. Cada vino es un nuevo proyecto que nos une y al que le damos la libertad para expresar lo mejor de cada una.

Cada vino deja
su huella.

La única manera de desafiar nuestras tradiciones es reconociéndolas y respetándolas. Lo mismo sucede con los terruños y sus diversos lenguajes de piedras y de frutas. Por eso nos animamos a ir descubriendo zonas distintas con historias y estilos propios. Y a partir de ahí vamos comenzando a dar vida a nuestro sueño de sabores.

Hacemos vinos
para compartir.

Hacemos vinos
para no extrañar.